El mundo de la lírica tuvo un desarrollo masivo en cuanto público cuando se expandió de los moldes formales de una ópera de comienzo a fin y se plantearon espectáculos que recopilaban arias y piezas conocidas de distintas obras.

Hace 35 años, Los Tres Tenores (integrado por Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo) ofrecieron su primer concierto en la Termas de Caracalla de Roma, con lo cual crearon un producto que pasó a ser un fenómeno de masas, sumando en su repertorio incluso canciones de distintos géneros, versionadas a su estilo.

Desde entonces hubo infinidad de espectáculos similares, en un territorio donde un cuarteto nacido en Gran Bretaña llegó a tener un nombre propio que lo diferenció del resto. Il Divo vuelve a Tucumán en el marco de su gira latinoamericana con una propuesta que anuncian como “íntima, elegante y profundamente emotiva”, que tendrá escala esta noche, desde las 21, en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 479).

Falleció Carlos Marín, cantante del grupo Il Divo

“Será una noche única donde la música, las voces y la luz de las velas se unirán para crear una atmósfera inolvidable para un recorrido por sus grandes clásicos y nuevas interpretaciones en un formato cercano, que resalta aún más la potencia de sus voces”, anticipa el grupo integrado actualmente por el suizo Urs Bühler, el francés Sébastien Izambard y los estadounidenses David Miller y Steven LaBrie (la última incorporación, en reemplazo de su fundador Carlos Marín en 2023 por covid).

El debut

Il Divo debutó en 2004 y va vendiendo más de 30 millones de unidades de sus nueve álbumes de estudio, que le valieron 160 discos de Oro y Platino en 35 países, lo que confirma su impacto en una audiencia global, al punto de llegar a la cima de los en coronar la cima de la lista Billboard 200 en EEUU en 2005. Entre los numerosos premios recibidos figura en 2011 el Artist of the Decade dentro de los premios Classic Brit Awards y el Silver Clef Award en 2015.

El recorrido será por composiciones emblemáticas relacionadas con el romance, el desamor y la alegría en la construcción de un estilo propio, que se llamó pópera, dentro del género de crossover clásico en la fusión de la ópera, la música latina, el folclore, lo sacro, el bolero o el tango. “Queremos que el público sienta un viaje entre la música moderna y la ópera”, plantea Izambard, a lo cual LaBrie añade que su objetivo es “que la música hable por sí sola”.